El presidente del Banco Santander, Emilio Botín (Efe). La eterna guerra entre BBVA y Santander por adelantarse al rival vive un nuevo capítulo con la reapertura del mercado de emisiones para la banca. Así, después de que la semana pasada la entidad que preside Francisco González decidiera ignorar el plan de avales del Gobierno y lanzarse al mercado a pecho descubierto, a las huestes de Emilio Botín no les queda otro remedio que hacer lo mismo, según confirman fuentes conocedoras de la situación. Además, el coste actual de financiarse sin aval es muy similar al de hacerlo con respaldo público en el caso de los dos grandes.
"Si BBVA sale sin aval y Santander se apunta a la garantía estatal, transmitiría un mensaje al mercado de que tiene más dificultades que su rival para captar recursos en mercado, es decir, que los inversores confían más en su rival; y eso no lo puede tolerar Botín", explica un profesional del mercado.
Según las fuentes consultadas, el Santander está estudiando lanzar una emisión en breve aprovechando el camino abierto por su competidor, aunque no tiene demasiada urgencia -no está muy presionado por la liquidez en estos momentos- y prefiere esperar un poco por si consigue un precio mejor que el diferencial de 180 puntos básicos (1,80 puntos porcentuales) sobre el tipo de referencia pagado la semana pasada por BBVA. Santander afronta vencimientos de deuda en 2009 por 20.650 millones según el banco y por 34.400 millones según Bloomberg, mientras que BBVA tiene que atender pagos por 16.500 millones.
La emisión de 1.000 millones de euros en bonos a cinco años lanzada el viernes pasado por BBVA es uno de los raros casos en los que el banco de origen vasco se adelanta al cántabro, puesto que en los últimos tiempos lo habitual ha sido lo contrario. El caso más sonado fue la construcción de la ciudad financiera del Santander en Boadilla, que ahora está replicando BBVA en Las Tablas. Más recientemente, tenemos la ampliación de capital de 7.200 millones de euros de noviembre lanzada por Botín y duramente criticada por la entidad de FG; aunque ésta mantiene que no necesitará ampliar capital en 2009, el mercado da por seguro que no tendrá más remedio que hacerlo.
Cuesta lo mismo con aval que sin aval
Pero no se trata sólo del pique entre los dos gigantes. Su tamaño, su reputación y su solvencia les permite obtener unas condiciones de financiación por sí mismos muy similares a las que tendrían que pagar con el plan de avales del Gobierno de Zapatero, por lo que no les merece la pena 'manchar' su reputación acudiendo a la garantía del Estado ni someterse a la limitación temporal del plan de avales, que sólo permite emitir a tres años.
Como adelantó El Confidencial en noviembre, el precio que tendrán que pagar las entidades por los avales consiste en un fijo de 50 puntos básicos (0,50 puntos porcentuales) más el precio medio del CDS (credit default swap, seguro de protección contra impago) entre enero de 2007 y agosto de 2008. Pese al largo período de cálculo y a que deja fuera los meses en que se disparó ese precio -a partir de septiembre-, para los dos grandes este precio se sitúa ligeramente por debajo de 90 puntos básicos.
A esto hay que sumar un diferencial sobre el tipo de referencia (llamado como midswap, equivalente al Euribor para plazos largos), que en la industria se estima en torno a 80 puntos básicos para las emisiones con aval. Sumando esos 80 a los 90 anteriores, tenemos 170 puntos básicos sobre el midswap en una emisión a tres años, frente a los 180 que pagó el BBVA la semana pasada por un plazo mayor (cinco años). Un precio que incluso podría bajar un poco más en el caso del Santander si prosigue la mejoría actual del mercado, que estaba cerrado desde principios de septiembre.
Eduardo Segovia - 14/01/2009 06:00h